LITERARTOBER 2022: Risa

 


Estaba intentando dormir cuando llamaron al timbre por enésima vez. Suspiró y se dio la vuelta en la cama, fingiendo que no lo había escuchado, le hastiaba la noche de Halloween, en su casa siempre había sido la fiesta de Todos los santos la que contaba, cuando se honraba a la familia que ya se había ido.

En esa casa no se repartían chuches, ya lo sabían los vecinos de otros años, pero aun así había niños pesados que seguían insistiendo. Un sonido de golpes en las ventanas la alertó y la obligó a salir de la cama, dispuesta a regañar a esos gamberros que se atrevían a tirar huevos a las ventanas. Abrió la puerta dispuesta a echarles la bronca de su vida y a mandarles limpiar aquel estropicio, pero salieron despavoridos. Maldijo a sus padres mientras iba a por algo para limpiar y realizaba dicha tarea.

Volvió a la cama con el enfado agarrado al pecho, como un mal catarro y se preguntó si podría dormir aquella maldita noche. Cuando ella y su hermana eran pequeñas no gastaban el tiempo molestando a otros, además a los mayores se los respetaba, no se les tiraban huevos. Rumiaba esos pensamientos cuando oyó una risa cerca de la habitación. Encendió la luz, preguntándose si sería algún gamberro que venía a molestar otra vez, pero al de un rato la apagó, pensando que quizás lo había imaginado.

Casi estaba adormilada cuando un sonido de pasos y algo que se arrastraba la alertaron, pero se incorporó definitivamente al percibir un olor nauseabundo cerca de ella. Al encender la lamparita nuevamente, la vio con total claridad, la cara de su hermana, muerta hacía años, que la miraba con ojos vacíos. Su piel estaba azulada e hinchada y arrastraba una pierna rota, apenas sostenida por lo que antaño fueron ligamentos. Su cuerpo al completo parecía empapado, como evidenciaba también el rastro de agua del suelo, y ella al completo olía a mar y a pescado y carne podridos.

Le asaltó de pronto la imagen del momento antes de su muerte, cuando paseaban cerca de un acantilado y cómo caía hacia las rocas.

-¿Qu qué haces aquí? Tú estás…

-Muerta, sí, en parte gracias a ti.

Le asaltaron de pronto los recuerdos de los últimos momentos agónicos de su pariente y cómo se quedó bloqueada ante aquel espectáculo grotesco y cómo salió corriendo en lugar de pedir ayuda.

-He venido a buscarte, hermana- escupió aquella última palabra junto con restos de algas podridas-. Tu hora ha llegado.


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