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Mostrando entradas de 2020

La canción del bosque

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  La puerta de la entrada se abrió con brusquedad y por ella salió la pequeña Aby corriendo con la mejilla roja, dolorida y surcada por una fría lágrima. Se adentró sin pensárselo dos veces en la noche oscura y nevada sin apeas abrigo, lo único en lo que pensaba era en alejarse de su familia. Se adentró en el bosque buscando la soledad, o quizás eso pensaba ella, no quería pasar la Navidad con esas personas, sin embargo añoraba la idea de un lugar acogedor donde no sentirse sola, donde hubiese gente agradable con la que festejar. Llevaba un rato caminando cuando le sorprendieron unas notas furtivas que llegaron a sus oídos, una melodía que parecía venir del corazón del bosque. El dolor y la tristeza dieron paso a la curiosidad, Aby enjugó sus lágrimas y avanzó con decisión, siguiendo aquella misteriosa música. Al fin llegó a una zona más iluminada, donde sonaban risas alegres, conversaciones amenas y aquellas notas tan embriagadoras. Un grupo de personas de distintas edades rodeaba

Writober Literart: Media noche

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  Los pasillos del hospital estaban tranquilos aquella noche, aunque siempre iluminados y con cierto vaivén de enfermeras y celadores. Siempre se agradecía el hecho de no poder ser vista, aunque sí sentida por aquellos que tenían suficiente sensibilidad. Una corriente de aire que no venía de ningún sitio, una sombra fugaz que no pertenece a nadie, un parpadeo de las luces o quizás una sensación fría repentina, eso era todo. De una puerta entreabierta salió un recién llegado, aún con la mirada perdida, sin comprender que acababa de abandonar el reino de los vivos. Pobre… esa sensación de desconcierto del principio era asfixiante, el querer hablar con tu familia, consolarles y no poder, el shock que implica ver tu cadáver y comprender con una bofetada de realidad dónde has acabado, qué ha sido de ti. Sin embargo, no tenía ni tiempo ni interés en ofrecerle ayuda, estaba allí por mis propios asuntos. Llegué al fin al ala de maternidad, apenas vigilada por un par de personas y observé a l

Writober Literart: Tiempo

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  Las horas parecían no pasar nunca en aquel espacio tan pequeño y vacío, ya no estaba segura de cuándo pasaba un día completo, no tenía nada en lo que basarme más allá del hambre y de mis nuevos compañeros de estancia. Estaba al límite de mis fuerzas y no había conseguido nada, ni soltarme tan siquiera un poco, ni gritar lo suficiente para ser escuchada. Si me hubiesen preguntado, nunca en toda mi vida me habría imaginado que podría acabar remotamente como estaba sucediendo, pero nada parecía indicar que fuese a tener salvación alguna. Y lo que me dolía de todo aquello no eran solo los sueños que dejaba sin cumplir, las cosas que dejaba sin hacer, sino lo más importante. Nunca volvería a ver a mi familia, a abrazar a mis padres, a darle un beso de gnomo a mi hermano pequeño, a compartir momentos con ellos o con mis amigos… Ya no habría un a ver si quedamos, a ver si hablamos, a ver si tomamos ese café, tan solo el silencio del reloj que no sonaba, en las horas congeladas en esas cua

Writober Literart: Llave

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  Se lo llevaron arrastras de su celda a la sala de operaciones o, como el resto de reclusos decía, de experimentos. Era más que conocido el hecho de que, cuando el doctor ponía el ojo en alguien, este desaparecía. Sus empeños por escapar fueron en vano, acabó amarrado a la camilla y, con un nudo en el estómago, pudo ver a aquel carnicero acercarse. -Saludos, joven- dijo con frialdad. Miró con parsimonia los datos de su ficha y, algo en su actitud, terminó de perturbarle. Parecía no importarle mucho el ser humano que tenía ante él, eso era lo que transmitía al dejarla a un lado tal y como lo hizo. -Bien, bien, empecemos pues- habló como para sí mismo, no para el preso. Inyectó algo en su vena, un líquido que pudo notar a su paso, que le hizo sentir frío, pero que al de un breve instante provocó que se sintiese pesado, atontado. Mientras, el doctor le daba la espalda, revisando entre sus cachivaches en busca de algo. Él por su parte lo único que pudo hacer desde su lugar, fue

Writober Literart: Tesoro

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  La emoción que emanaba de los jóvenes investigadores podía palparse en el ambiente en cuanto llegó al laboratorio la caja que contenía el inusual hallazgo del océano Atlántico. Abrieron apresuradamente la caja de madera que lo contenía, como niños impacientes en la mañana de Navidad y se deleitaron por unos instantes con su contenido. -Asombroso- pudo decir uno de ellos mientras lo observaba, casi perdiendo el aliento de la emoción. -¿A quién crees que perteneció? -Ni idea, supongo que deberíamos abrirlo para entenderlo. -¿Estás loco?- repuso su compañero.- ¿No te has parado a pensar en las consecuencias? En las pirámides ya hubo problemas con cosas así. -No me digas que crees en maldiciones. -No, pero sí en hongos tóxicos. Ha estado bastante profundo, primero deberíamos asegurarnos que es seguro abrirlo. -Por su aspecto más parece un cofre del tesoro de alguna civilización que un féretro, eso reduce las posibilidades de contaminarnos. -¿Crees que podría tratarse de

Writober Literart: Prisionero

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  Hacía una noche horrible y, por supuesto, era el clima y el lugar idóneo para que el coche me dejara tirado. Me quedé entre mitad de la nada y ninguna parte, frustrado y sin cobertura, pero con la inmensa suerte de encontrar un hotel de carretera a pocos pasos de allí. Era un antro de esos, antiguo, decrépito, que con seguridad había visto días mejores y en el que no te extrañaría encontrarte alguna que otra cucaracha correteando por el lugar. Estaba tan hastiado de todo, que decidí fumar un cigarrillo nada más llegar a la habitación y llamar a cualquier puta que estuviese despierta para que viniera a hacerme compañía. Mientras esperaba, empecé a dar cuenta del minibar y a observar el tugurio en el que estaba. Algo en lo que reparé fue un cuadro que había frente a la puerta: se trataba de una mujer despampanante con cara triste y pintas de hace veinte años más o menos. Con algo de alcohol en el cuerpo, me tiré en la cama, momento en el que llamaron a la puerta. -Pasa- ordené, s

Writober Literart: Vejez

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Su presencia allí era notoria, era imposible que pasara desapercibido aún en aquella multitud, entre la tenue iluminación, los cuerpos danzantes y la música alta. Tenía tal atractivo que cualquiera reparaba en él, y eso le encantaba. Además, la noche ya estaba suficientemente avanzada como para que no reparasen bien en los detalles, para que no le diesen importancia aquellos que le viesen hablando con alguien a quien casi podría doblar la edad. Encontró a una chica solitaria, esas eran sus favoritas ya que nadie reparaba en ellas, así que se acercó. La joven se veía incómoda, sujetaba su copa mirando un poco a todas partes. -Está siendo una noche bastante banal ¿no crees?- comenzó la conversación. Ella se puso a la defensiva, pero parecía compartir el sentimiento. -Como todas, supongo. -¿Vienes para aburrirte entonces? -Claro, y para que mi hermana pueda salir con su novio sin que mis padres protesten. -Es un detalle por tu parte, pero lo veo un tanto injusto. Le miró s

Writober Literart: Niño

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  Había sido un día totalmente agotador, así que caí rendido en la cama nada más llegar. No estaba seguro de cuanto tiempo había pasado durmiendo cuando, en mitad de la noche, escuché la voz de mi pequeño que me llamaba. Me levanté apresuradamente para comprobar que todo estuviese bien, aunque algo somnoliento. Al abrir la puerta del cuarto y encender la luz, vi a mi niño en la cama, con la manta por la nariz y expresión asustada. -Hay un monstruo en el armario que quiere comerme- explicó nervioso. -Pero, pequeño, los monstruos no existen- respondí con voz calmada. -Este sí, por favor ve a ver. Resoplé mientras me dirigía al enorme armario empotrado para apaciguar sus miedos. En ese instante, una certeza atravesó mi mente tan rápida como un rayo, iluminando a su paso. Mi hijo había muerto hacía casi un año… Lo que tuve delante entre la oscuridad del armario hizo que no tuviese fuerzas para darme la vuelta. Un par de ojos rojos brillaban entre la negra inmensidad.

Writober Literart: Sueño

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-No debes tener miedo, es un método seguro para explorar el subconsciente. Tan solo caerás como en un sueño y podremos avanzar por tus recuerdos. Quería confiar en sus conocimientos y capacidades, no obstante, se me instaló de todas formas un nudo en la garganta, lo que pedía era demasiado. -Sabes que nos costará mucho avanzar si no probamos este método ¿verdad? -Lo sé, pero no quiero adentrarme ahí, algo me dice que será doloroso. -No podremos tratar de traer de vuelta tus recuerdos perdidos sino. Además, te aseguro que no duele en absoluto y estaré contigo, guiándote- dijo para tratar de tranquilizarme. No pensaba en ese tipo de dolor precisamente, quizás a alguien sano como él podía parecerle una tontería dar un paseo por su mente, pero, cuando la tuya es terreno hostil, sabes que no hay ningún lugar seguro donde resguardarse. Además, tenía miedo de quedarme atrapada. Accedí, no obstante, por insistencia de él y porque tampoco tenía muchas alternativas. Él balanceó su re

Writober Literart: Maldición

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  Estaba totalmente decidida a hacerlo, el último escarceo de mi marido fue la gota que colmó el vaso ¡En mis narices había quedado con otra! Disimuladamente, claro, pero eso no cambiaba nada ¿Qué se creía? ¿Qué podía ponerme los cuernos y salir indemne? No sabía con quién se estaba metiendo… En cuanto supe que existía Madame Sephora, el amor que sentía, convertido en odio y rabia, me impulsó a ir inmediatamente nada más salió de casa. Así que ahí me encontraba, con determinación y escupiendo veneno. -Quiero que le lances una maldición. -¿A tu marido? -No, a esa guarra que le sedujo. De él me encargaré más tarde. -¿Tienes algo en mente, querida? -Quiero que la deformes, que no pueda reconocerse de nuevo n un espejo la muy zorra. -De acuerdo, querida, pero te advierto, es magia muy poderosa e irreversible ¡no habrá vuelta atrás!- comentó con un aspaviento dramático. Me daba igual, precisamente por eso lo hacía, estaba claro que el físico era lo más importante, al menos e

Writober Literart: Doble cara

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  Estaba bastante aburrido como para decidir ordenar el desván, algo que habíamos pospuesto media vida por lo menos de la pereza que nos daba. Había que admitir que la jubilación otorgaba tiempo, pero tanto que una mente inquieta y trabajadora como la mía no soportaba, no sin ocupaciones al menos. Puse el tocadiscos para amenizar la tarea acompañado de un poco de jazz. Tenía alguna bolsa a mano para tirar cosas y papeles viejos, así que me puse a revisar el amasijo de enseres personales. Llevaba un rato cuando cogí una caja apenas decorada y que acumulaba suficiente polvo como para creer que llevaba décadas abandonada. Supuse que se trataba de papeles viejos, por lo que eché un vistazo antes de descartarlos del todo. Me sorprendió encontrar fichas de pacientes infantiles del hospital donde trabajó mi mujer hasta hacía pocos años ¿Sería que les había cogido algún cariño especial justo a esos pacientes y se hizo una copia de recuerdo? Junto a ellos, había por toda la caja unas pulser

Writober Literart: Voces

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  Era la noche perfecta para ver la lluvia de estrellas y acampar bajo aquel espectáculo. Tenía todo listo, tan solo hacía falta que empezara el espectáculo. Fui a revisar una vez más el telescopio, que estuviese todo bien calibrado y en la posición correcta y, en mitad de mi tarea, pude ver cómo una pequeña araña correteaba por la superficie del mismo, con esas patitas que tanta grima me daban. Obviamente hice lo que debía, no iba a permitir que un bicho inmundo hiciese su casa en un objeto tan preciado y caro, ese asqueroso ser ya no corretearía más por ningún lugar. El primer destello se hizo notar, así que me dispuse a observar el firmamento. Llevaba poco tiempo disfrutando de aquel maravilloso espectáculo cuando sentí un cosquilleo por mi brazo, así que desvié la mirada. Otra insulsa araña osaba posarse esta vez sobre mí, por lo que hice un barrido con mi mano para sacarla de ahí. No tardé en notar lo mismo por mi pierna, algo que me produjo un escalofrío, pero era esa sensaci

Writober Literart: Juego

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  La noche ya había caído, lo que hacía el momento aún más adecuado para una inofensiva noche de terror. Siempre se montaban alguna que otra prueba de coraje para los recién llegados al equipo, con la excepción de que esa era nueva. La idea principal vino a raíz de ver una película de terror en casa de Clay, el líder del equipo, algo que por supuesto todos apoyaron. Por suerte, el novato había accedido y tenían un par de bromas preparadas para asustarlo, si se mantenía en el molde, sería uno de los suyos. Colarse en el instituto por la noche ya había sido toda una experiencia, nada tenían que ver aquellos pasillos llenos y a plena luz del día con el solitario e inquietante espectáculo que ofrecían en esos momentos. La sesión empezó, todos pusieron sus dedos sobre el vaso mientras Clay llamaba a los espíritus, tratando de poner voz profunda. -Hacednos una señal si estáis ahí- ordenó, formulando la frase que le indicaba a Jessy, su novia, cómo debía actuar. Se oyeron varios golpe

Writober Literart: Miedo

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  La cerradura emitió un leve chasquido al girar la llave, luego abrí la puerta y la cerré a mi paso. Me quité los zapatos de tacón nada más entré, era increíble cómo un acto tan sencillo podía ser tan placentero. Después de un día tan duro de trabajo, lo único que quería era ponerme el pijama y comer algo calentito mientras veía una película en el sofá. Algo llamó mi atención desde la sala, y es que había un brillo cambiante, como si estuviese la televisión puesta ¿me la habría dejado encendida? Tan solo la posibilidad me extrañó, ya que apenas desayunaba y me marchaba al trabajo cada mañana, pero tampoco le di importancia, estaba tan cansada que solo ansiaba envolverme en el pijama más calentito que tuviese, así que crucé el pasillo rumbo a mi habitación. Lo que vi nada más entrar, me dejó helada. Por toda la estancia había pegadas un montón de fotos mías haciendo distintas cosas en casa, desde colgando la ropa hasta bañándome. Lo primero que se me ocurrió fue que alguien tenía q

Writober Literart: Silencio

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  Desperté bruscamente tomando el aire con todas las ganas del mundo. Mi respiración comenzó agitada, sin embargo, pude pausarla y otorgarle un ritmo más sosegado mientras trataba de recordar los últimos acontecimientos. Traté de incorporarme, pero mi cabeza topó pronto con una estructura dura, como si el techo me aguardara demasiado cerca. Dolorida, me agarré la cabeza, tratando de rememorar dónde podría encontrarme, dónde había perdido el sentido. Recordaba una pelea, una disputa violenta que debió de terminar conmigo en el suelo y un golpe en la cabeza ¿Me habrían dado por muerta acaso y estaría en un baúl o similar? ¿Debía creer que trataban de librarse de mí? Nunca creí capaz de tal cosa a mi marido, pero tampoco imaginé encontrar a mi hermana en nuestro lecho con él… Traté de tomar aire, pero costaba respirar en un lugar tan viciado, no parecía haber ni una sola corriente, ni tan siquiera luz para adivinar mi paradero. Probé a moverme hacia los lados, para toparme con una s

Writober Literart: Torre

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Toda mi vida recuerdo estar en casa, criarme aquí con mi madre, como las princesas que viven en una torre en los cuentos. Madre siempre decía que el mundo exterior era hostil, despiadado y cruel con las personas buenas y que yo era demasiado buena como para salir. Me advirtió una y otra vez de los peligros, pero ella siempre se sacrificaba, ella siempre salía a por comida o lo que fuese que necesitara. Por eso no podía quedarme parada cuando la encontré tendida en el suelo esa mañana, debía salir esta vez yo por ayuda. Abrir la puerta me costó un mundo, pero estaba decidida a guardar mi miedo en el bolsillo, por ella. Al salir la luz me cegó y el ruido de los coches me sobresaltó, hasta el punto de casi hacerme un ovillo para protegerme. Las personas me miraban raro y yo a ellas con desconfianza, alerta de cualquier intento de robo o ataque, girando la cabeza bruscamente para que supiesen que estaba atenta, que no podrían hacerme daño ni impedir mi misión. Llegué a una tienda cercana

Writober Literart: Sonrisa

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  -¡Por fin están las fotos del viaje!- irrumpió de pronto Nuria, su amiga y compañera de piso. -A ver, a ver- le pidió emocionada mientras esperaba con ganas que se las mostrase. El mes pasado el grupo de amigas al completo había hecho un viaje de esos que se recuerdan para toda la vida y por fin habían seleccionado las mejores fotos. Empezaron a ojearlas con emoción, rememorando y comentando los distintos momentos, cuando una silueta desentonó por completo en la imagen. Se trataba de alguien que estaba tras ellas, con los ojos muy abiertos y una sonrisa de oreja a oreja, tanto que a Celia le recorrió un escalofrío al verlo. -Parece que nos hemos encontrado un payaso jode fotos- hizo notar, molesta, tendiéndole la imagen a la otra chica, quien la observó detenidamente. -¿De qué hablas? -Tía, del tío de detrás- rezongó mientras seguía revisando el resto de fotos. -Celi, no hay nadie. -Mira esta, aquí está de nuevo- insistió tendiéndole otra con la misma persona con el mis

Writober Literart: Insomnio

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  Un golpe me despertó repentinamente y me encontré cara a cara con el médico jefe. -¿Qué haces durmiendo a deshoras?- me preguntó, seco. -No puedo hacerlo por la noche. -¿Tienes insomnio? -No, solo que no puedo dormir por la noche. -¿Y eso a qué se debe? -La habitación está llena de gusanos, es asqueroso. Están en el suelo, en las paredes reptando por su superficie, en la cama y hasta en el techo, a veces me caen encima. Las mantas tienen gusanos, todo- expliqué asqueado. El doctor suspiró con resignación, obviamente no me creía, nadie lo hacía. -Henry, hemos revisado y limpiado varias veces tu habitación, nunca hay nada. -¡Le juro que es verdad! Deben estar activos solo por la noche, por eso nunca los encuentran, se… se deben de esconder en algún lado. -Como sea, Henry, pero no voy a permitir que te duermas en los talleres; la noche está para dormir y el día para trabajar. -Por favor, señor, aunque sea cámbieme de habitación- le rogué. -¿Otra vez, Henry? Ya va

Writober Literart: Romántico

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  El mundo está devastado, pero nosotros aún seguimos en pie, más débiles que al principio, eso sí, pero vivos ¿Quién sabe cómo o cuándo empezó esta locura? ¿Cuándo empezó a morir la gente entre agonía? ¿Cuándo los supervivientes agresivos? Nada de eso importa ya, solo sobrevivir. Te juro que en muchas ocasiones he creído volverme loca, no recuperarme jamás de todo esto, pero hasta en mis momentos de debilidad tú has estado a mi lado, sosteniéndome, animándome a seguir. No sé qué haría sin ti en un mundo como este, no sé qué haría sin nadie en realidad, la poca gente que he llegado a conocer está muerta o ha tratado de matarme, quizás cosas peores, todos menos tú… Incluso con el estómago vacío, sin saber qué nos deparará el mañana, helándome de frío y en la noche más oscura no me desmorono, porque sé que estás conmigo, que lo estarás por siempre, y eso me da fuerzas. En cierto sentido es romántico ¿no te parece? Es como si el mundo fuese solo nuestro. Todo esto le dijo al oído qu

Writober Literart: Música

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  Era una tranquila tarde de otoño, con el clima idóneo para tomar un chocolate frente al fuego de nuestra nueva chimenea. La mudanza había sido agotadora, pero por fin estábamos instalados definitivamente. Fui a buscar a mi pequeño a su cuarto para que me acompañase y charlásemos un poco, desde que habíamos llegado que estaba mohíno, atípico, así que ya que estaba todo en su sitio, había que recolocar nuestras vidas y quizás tener una pequeña charla acerca de los motivos por los que habíamos cambiado de vivienda. Subí las escaleras mientras le llamaba para que se acercase al pasillo, pero no parecía prestarme atención. Fue en ese preciso instante cuando escuché una melodía, que parecía provenir de una caja de música y parecía salir del desván. Supuse que estaría a su aire, jugando con algún chisme de los suyos, así que no iba a responderme así como así, ya que solía abstraerse con facilidad. Me encaramé a la incómoda escalera de mano con resignación, avanzando con cierta dificulta

Writober Literart: Cementerio

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  Era una noche como cualquier otra, algo más fría he de decir, pero era a causa de la niebla, que proporcionaba a todo un aire siniestro. Tenía mi tazón de tila, aquel que me acompañaba siempre antes de dormir, ya preparado y estaba pasando el rato viendo nada interesante en la televisión y ya a punto de descansar, cuando oí unas voces. Salí rezongando de mi caseta, linterna al frente, y me dediqué a pasear por los distintos pasillos del cementerio, siguiendo el sonido. Me acabé topando con un grupo de adolescentes irrespetuosos que habían montado una fiesta y no tenían reparo en tener la música bien alta. -¡Eh! ¿Es que no tenéis otro sitio para iros de botellón? Los muertos merecen un respeto ¡Largaos de aquí!- les reprendí, haciéndome notar. -No nos vamos a ningún lado, viejo, vuelve a tu choza a dormir- se me encaró un criajo de forma arrogante. -Os hace falta una lección, niñatos, a ver si aprendéis a guardar respeto por los demás. -¿Y nos la vas a dar tú, abuelo? Como t

Writober Literart: Flores

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  El invernadero era el lugar que más me gustaba de la amplia casa a la que nos habíamos mudado. Nunca soñé en tener un espacio así, simplemente era perfecto, te hacía rodearte de la naturaleza justa para ser hermoso y estar en paz mientras podías degustar un buen té o deleitarte con las páginas de un buen libro. Solía plantar flores de distintos colores y tipos, prácticamente se podía decir que las coleccionaba, cuanto más extrañas, mejor; por eso me emocioné tanto cuando mi esposo me regaló unas tan exóticas tras su último viaje. Les busqué un lugar con rapidez, eran tan bellas que escogiera el que escogiese destacarían sobre las demás. Entonces me embriagué de su perfume, aspirando profundamente y despertando con ello una sonrisa a mi esposo. -¿Por qué no le dedicas un tiempo a la lectura y te voy a preparar un té entretanto?- me sugirió. Por supuesto acepté la tentadora oferta, emocionada por el regalo y por el plan de aquella tarde. -Te cierro la puerta, querida, voy a pon

Writober Literart: Secreto

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-Es nuestro secreto- decía mientras surcaba su piel con la yema de sus dedos, provocándole un escalofrío.- La gente no nos entendería, lo nuestro es especial, tanto que nadie más puede saberlo- explicaba pasando su mano por el espacio entre sus pechos con una delicadeza que se sentía extraña, sin embargo, tan solo su contacto le producía olas de asco en su interior. Algo en ella le imploraba que se apartase para no sufrir más aquel tormento, pero ya había pagado caro en el pasado lo que implicaba rechazar lo que fuese que pretendiese hacerle; aunque, llegados a ese punto, se preguntaba qué dolía más si sus golpes o sus caricias. Por supuesto había tratado de hablar con su madre de aquello, pero simplemente la esquivaba, como si supiese qué quería contarle y no quisiera oír. Tampoco se le ocurría a quién más podía recurrir y él había dejado muy claro que nadie la tomaría en cuenta, que nadie creería sus palabras porque no tenía cómo demostrarlo. Supuso que lo mismo pasaría de ir a l

Writober Literart: Camino

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Mi pasión era la fotografía, irme a los lugares más recónditos y plasmar la belleza de cualquier paisaje. Los mejores momentos eran los amaneceres y los atardeceres, sin duda, un regalo de luz y color para los sentidos que quedaba para siempre atrapado en mi cámara. Aquel día cogí un camino nuevo por la montaña para plasmar el atardecer iluminando las copas de los árboles, y es que no muy lejos de allí había un paraje precioso tal y como me habían afirmado. Saqué unas fotos impresionantes, el lugar no desmerecía para nada su fama, incluso me quedé después de la puesta de sol a causa del hermoso cielo estrellado que se apreciaba desde allí. Me quedé tan embelesado que, cuando me dispuse a volver a mi casa, el camino estaba completamente a oscuras. Tragué saliva antes de comenzar a caminar, de ninguna manera podía pasar la noche allí, con el frío que hacía, seguro no era viable sobrevivir tan solo con lo que disponía. Avancé por el bosque, tratando de rehacer mis pasos, entonces lo

Writober Literart: Ventana

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  El reloj de bolsillo se balanceaba a ambos lados con parsimonia mientras emitía su soporífero tic tac. Tal era la quietud que no tardé en caer en un profundo sueño, cada vez más y más profundo… Cuando abrí mis ojos, me descubrí en el salón de mi casa, recostado en el sofá frente a la vieja televisión. Quizás en realidad el sueño fue de lo que acababa de despertar. Me sobresalté al escuchar un estruendo en el baño y me apresuré a ver qué sucedía. Me topé con el grifo escupiendo agua, como si de un torrente se tratase, encharcándolo todo. Justo en ese mismo instante, el de la bañera le siguió, produciendo un dúo acuático que empezaba a inquietarme ya que el nivel me llegaba a los tobillos. Avancé rápidamente a la cocina con la esperanza de llegar a la llave de paso antes de que se produjese un estropicio mayor. Allí el espectáculo era el mismo, así que me incliné hacia el armario situado debajo del fregadero, prácticamente arremetiendo contra los botes de limpieza, no tenía tiempo de

Writober Literart: Muñeca

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  No era la primera vez que sus padres se iban a cenar y la dejaban a cargo de su hermana pequeña, el problema era que esa noche tenía planes y, para variar, no se habían tenido en cuenta. Estaba más que harta de que aún la tratasen como a una niña y que encima dispusieran de su tiempo a su antojo y sin preguntar. El rollo de la hermana mayor responsable la tenía bastante cansada, así que esa noche le daría la cena y dejaría que se entretuviese sola mientras ella revisaba las redes o hablaba con sus amigas. La pequeña, sin embargo, parecía empeñada en pasar tiempo con ella, haciendo que perdiese la paciencia, así que, con toda su ira adolescente, la mandó derechita a jugar a su cuarto. Respiró calmada, durante un rato pudo estar a su aire, sin embargo, un reiterado ruido de puertas que se abrían y cerraban la enervó lo suficiente como para ir a echarle una buena reprimenda. -¿Se puede saber qué haces, enana?- cuestionó con clara crispación. -Estoy jugando con Lily al escondite

Writober Literart: Árbol

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  La vieja bruja me había dado las indicaciones que necesitaba para lograr mi objetivo y me advirtió insistentemente acerca de los peligros. Admito que mucho no la escuché, pues mis ansias por el preciado tesoro eran mayores que mi miedo. Pude haberme perdido en la inmensidad de aquel bosque, más aún después de que cayese la noche, sin embargo, acabé llegando tras lo que debieron ser muchas horas dando vueltas a juzgar por mi dolor de pies. Aquel árbol era aún más grande de lo que me figuré, no cabía duda que costaría trepar por él, pero escalar era una habilidad que tenía más que domada, así que dejé cualquier cosa que pudiese pesar demasiado justo ahí y me dispuse a alcanzar sus ramas. Mi objetivo aquel día era conseguir una de las múltiples flores que lo adornaban, ya que se decía que concedían la inmortalidad. Me reí por un momento interiormente pensando que seguro nadie más contaba con tal don tan solo por lo complejo de encontrarlo y escalarlo. Más o menos a más de la mitad

Writober Literart: Calabaza

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  La música de fondo era inquietante, y el tono de voz del locutor de radio, profunda, pausada. -Estaba sola en su casa la noche de Halloween cuando llamaron a la puerta- comenzó a relatar.- Por supuesto estaba claro que al otro lado habría otra panda de niños pesados pidiendo caramelos como si no tuviesen padres que pudieran conseguírselos por poco dinero. No entendía para nada esa tradición que, para ella, era de lo más absurda, así que decidió una vez más fingir que la casa estaba vacía para que se fueran a la siguiente. El llamado resonó con más ansiedad, lo que le molestó, pero siguió a sus cosas. Fue entonces cuando los golpes vinieron de la ventana trasera, entonces pudo percibir al girarse que la silueta era de un adulto, además bastante alto, que portaba una máscara de calabaza. Le pareció espeluznante y se le puso la piel de gallina, además, no tardó en darse cuenta de que no se trataba de un bromista ya que arremetió un golpe contra la ventana que deshizo el cristal en mil

Writober Literart: Espejo

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  Tenía que matarla… Simplemente ni era capaz de explicar su existencia, si es que vivíamos en planos diferentes o qué, pero lo que estaba claro, era que se trataba de otra persona. No recuerdo bien cuándo empecé a percibirla, pero pasó a estar en cada reflejo, en cada espejo, mirándome con ojos fríos, juzgándome desde el marco, riéndose de lo patética que era mi vida… Llegó un punto en el que quería ocupar mi lugar, y eso no podía ser, no podía permitirlo. Se atrevió a jugar incluso con mis seres queridos, con mi familia y amigos, haciéndoles creer que era yo, interactuando con ellos en mi lugar mientras yo me desesperaba desde el otro lado del espejo. ¿Cómo no veían que no éramos la misma persona? Ella tenía un pequeño lunar en el hombro izquierdo y yo no, pero me miraban con ojos extraños cada vez que hablaba del tema. Me llegó a hablar una vez que nos quedamos solas, me dijo que acabaría conmigo y con los míos y que yo solo podría mirar su trágico desenlace. Se movía inde

Writober Literart: Mirada

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  Conseguirlo fue un trabajo más que sencillo, tampoco es que me haya encontrado con muchas preguntas y esta insulsa criatura es tan simple como para mover la cola de alegría al ver a su nuevo dueño. Patético... Cuando entramos en casa se puso a olfatearlo todo aquí y allí, curioseando lo que iba a ser su nuevo hogar, pero yo no quería perder más tiempo y en seguida lo hice bajar al sótano. Lo até a una tubería y me puse ropa vieja ¡el show iba a comenzar! No me gustó descubrir que tendía a quejarse poco ya que, por lo general, prefería que llorasen o protestaran de algún modo. Prefería sentir su agudo dolor con cada golpe, así me relamía, me sentía poderoso. Seguro que cualquiera me tacharía de monstruo, pero estaba lejos de serlo. Al igual que cuando compras un jarrón bonito solo para estamparlo contra la pared, no sentía por qué debería percibirlo de manera diferente. Yo pagué por él, me pertenecía, al igual que su estúpida existencia. Cuando llegó el momento cúspide de la exper

Writober Literart: Casa encantada

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Seguramente todos conocemos un lugar así, incluso el pueblo más recóndito y tranquilo tiene un edificio que posee una fama siniestra, con un exterior poco cuidado y atrapado por la naturaleza. A mis muchachos y a mí nos encomendó, un cliente bastante adinerado que había tenido la curiosa suerte de heredar la casa encantada del pueblo, la restauración de dicho edificio. Era una obra colosal que seguro nos embolsaría una jugosa cifra, por lo que aceptamos de buen grado, yo el primero a sabiendas de que por fin podría jubilarme con semejante suma. El primer día ya nos dejó alguna que otra señal sobre lo que se venía, sin embargo utilizamos la lógica antes de caer en la histeria colectiva y no le di importancia a la desaparición repentina de varias herramientas, ni siquiera a la de Jhony, aquel joven era muy indisciplinado y le encantaba escaquearse. Al edificio no le gustan los extraños, ahora lo sé, pero es tarde para rogar misericordia. Nuestras vidas fueron segadas una tras otra, e

Writober Literart: Luna

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  La noche era densa y el ambiente completamente asfixiante. Vagaba por un bosque oscuro, tétrico, que ahogaba y enredaba a la Luna. Desconocía mi paradero, rumbo o incluso el camino que me había conducido ahí, además del tiempo que llevaba dando vueltas en busca de una salida. El agotamiento me atosigaba tanto o más que la oscuridad, que ya amenazaba con devorarme y poco a poco notaba cómo me volvía más y más débil, a merced del frío y quizás los lobos. Debí tener una inmensa suerte porque, cuando estaba por rendirme a lo inevitable, un haz de luz cercano me hizo darme cuenta de que había una carretera a no muchos pasos. Prácticamente volé para alcanzarla, con la esperanza en la garganta y mi corazón en la mano. Traté de detener el coche, sin embargo solo alcancé a ver la cara de horror del conductor, quién pisó con todas sus fuerzas el acelerador. Me giré para ver qué tenía a mi espalda que podría haberlo asustado tanto, estaba tan pálido… no obstante, el bosque me devolvió su mi

¡Noticias frescas!

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Hoy traigo novedades conmigo, así que prestad atención a lo que sigue: * Hay cambios en la página de Facebook Ha pasado de estar centrada en el libro de Cupido a todos ellos, además de cambiar la imagen y el banner ¡Pasaos y dad like si queréis estar informados de todas las novedades que salgan! https://www.facebook.com/melaniabascal *Para celebrar todo esto ¡Hay oferta en Amazon! Solo este fin de semana, estarán los ebooks de Querido Cupido y Susurros desde la oscuridad a 0.99 ¡No te los pierdas! https://www.amazon.es/Melani-Abascal-Mariscal/e/B07QXSKBT9/ref=dp_byline_cont_pop_book_1 *Lamentablemente, el covid no ha permitido que se siga con la antología benéfica de LITERART, no obstante, no será el único intento de participar. *Siguiendo con LITERART, este año también habrá Inktober, el reto de octubre, en el cual participaré ¡mandadme ánimos! *Por último, pero no menos importante, aunque no esté publicando nada, los capítulos de Cuando llega el cambio siguen en proceso, quizás en un