Writober Literart: Cementerio
Era una noche como cualquier otra, algo más fría he de
decir, pero era a causa de la niebla, que proporcionaba a todo un aire
siniestro. Tenía mi tazón de tila, aquel que me acompañaba siempre antes de
dormir, ya preparado y estaba pasando el rato viendo nada interesante en la
televisión y ya a punto de descansar, cuando oí unas voces. Salí rezongando de
mi caseta, linterna al frente, y me dediqué a pasear por los distintos pasillos
del cementerio, siguiendo el sonido.
Me acabé topando con un grupo de adolescentes irrespetuosos
que habían montado una fiesta y no tenían reparo en tener la música bien alta.
-¡Eh! ¿Es que no tenéis otro sitio para iros de botellón?
Los muertos merecen un respeto ¡Largaos de aquí!- les reprendí, haciéndome
notar.
-No nos vamos a ningún lado, viejo, vuelve a tu choza a
dormir- se me encaró un criajo de forma arrogante.
-Os hace falta una lección, niñatos, a ver si aprendéis a
guardar respeto por los demás.
-¿Y nos la vas a dar tú, abuelo? Como te meta una hostia, te
rompo- replicó, provocando risas en sus compañeros.
-Avisados estáis- anuncié antes de dar media vuelta.
-¿Qué vas a llamar a la policía? ¡Qué miedo!- aún le oí
burlarse mientras me alejaba.
Me quedé más o menos cerca para ver el espectáculo que venía
con una media sonrisa en los labios. La niebla se volvió un poco más densa,
algo que quizás no percibieron de lo embriagados que estaban; siguieron
bailando y riendo mientras un par de lápidas comenzaron a abrirse. De ellas
salieron lo que antaño fueron dos humanos, pero ahora no eran más que tristes
esqueletos con aún algo de carne podrida, pelo raído y muchos gusanos. No
fueron los únicos que salieron a su encuentro, los atraparon y arrastraron
entre gritos desgarrados hacia sus respectivas tumbas. Me reí para mis adentros
mientras volvía a mi caseta de vigía, recordando la lección que ellos no
aprenderían, y es que lo mejor era no despertar a quienes reposaban
eternamente, o te harán dormir a su lado.
Comentarios
Publicar un comentario