Writober Literart: Camino

Mi pasión era la fotografía, irme a los lugares más recónditos y plasmar la belleza de cualquier paisaje. Los mejores momentos eran los amaneceres y los atardeceres, sin duda, un regalo de luz y color para los sentidos que quedaba para siempre atrapado en mi cámara.

Aquel día cogí un camino nuevo por la montaña para plasmar el atardecer iluminando las copas de los árboles, y es que no muy lejos de allí había un paraje precioso tal y como me habían afirmado. Saqué unas fotos impresionantes, el lugar no desmerecía para nada su fama, incluso me quedé después de la puesta de sol a causa del hermoso cielo estrellado que se apreciaba desde allí.

Me quedé tan embelesado que, cuando me dispuse a volver a mi casa, el camino estaba completamente a oscuras. Tragué saliva antes de comenzar a caminar, de ninguna manera podía pasar la noche allí, con el frío que hacía, seguro no era viable sobrevivir tan solo con lo que disponía.

Avancé por el bosque, tratando de rehacer mis pasos, entonces lo vi. Algo en mi costado apareció, en un margen del sendero que seguía, como flotando en la nada. Se trataba de dos pequeñas luces que brillaban tímidamente. Un escalofrío recorrió mi espalda y apreté el paso mientras me sentía observado por lo que parecían dos ojos extraños en mitad de la noche.

Paulatinamente aparecieron más pares de ojos a ambos lados que dirigieron su extraña mirada en mi dirección, de hecho, mirándolos más detenidamente, juraría que estaban acompañados por extrañas siluetas humanoides.

Mi estómago se encogió cuando contemplé cómo lo que me resultaban criaturas extrañas comenzaban a perseguirme, a correr, prácticamente flotar tras de mí. Ya no había lugar a dudas, yo era su objetivo, pero no les daría ese gusto, no me alcanzarían.

Corrí, corrí todo cuanto mis piernas y pulmones me permitían, sujetando la cámara para no perderla y tratando de esquivar lo que parecían obstáculos en el camino, pero tropecé y aquello significó el final. Lo último que vi, fueron sus extraños rostros sin facciones, apilados sobre mí.