Cómo luchar contra los monstruos - El monstruo de la muralla
Esta es una criatura que da mucho pie a confusión puesto que
el comportamiento que despierta en nosotros es el de aislamiento ya sea físico
o a nivel emocional del resto del mundo con la idea ficticia de que nos estamos
protegiendo de las posibles agresiones externas.
Este ser llegará a nosotros tras experiencias muy negativas
con otras personas, haciéndonos creer a su misma llegada de que el mundo es un
lugar hostil con personas dañinas en él y que lo que mejor debemos hacer para no
sufrir es recurrir a su abrigo, o lo que es lo mismo, nos hará creer que con la
protección del aislamiento estaremos bien.
Lo que las víctimas de este monstruo no se dan cuenta es que
con ello se pierden más cosas buenas que malas tanto del mundo como de su
gente.
Este parásito crecerá conforme más y más decidamos
recluirnos en esos pensamientos y nos volverá desconfiados en exceso, poco
amigables y con pocas o ninguna ganas de tener contacto humano.
Su avance es lento, pero letal puesto que en los peores
casos dejaremos de salir de casa y hacer cosas con tal de “protegernos” de los
peligros o ya simplemente por apatía y, cuando decidamos intentar salir de
dicha situación, nos vemos encerrados por él y deberemos buscar entonces
cualquier grieta posible en nuestra muralla particular para poder escapar.
La forma de combatirlo es abandonar la idea de que es viable
vivir constantemente bien y sin problemas, deberemos aceptar que en la vida hay
cosas buenas y malas, a menudo también neutras y no por evitar las malas
deberemos perdernos las buenas, además que todo problema se puede solucionar de
una forma u otra o, como mínimo, aprender de ello y seguir adelante.
Respecto a las personas, no podemos pretender que alguien
sea perfecto y menos perfectamente bueno o malo, ya que eso no es viable y
tanto los demás como nosotros tienen sus cosas buenas y malas, además de
cometer errores o tomar decisiones equivocadas y no por ello es motivo para
creer que buscan nuestro mal a propósito o que estaremos mejor creando nuestro
mundo alejados de la sociedad. Por otro lado sí hay que destacar la posibilidad
de que estemos con relaciones dañinas a nuestro alrededor, en ese caso si
deberíamos plantearnos la posibilidad de alejarnos de dichas personas, pero no
de todo el mundo.
Una de las peores partes de luchar contra este ser es
precisamente que se necesita de otros para lograrlo, ya sea a raíz de
relacionarnos con los demás, implicarnos emocionalmente con ellos o ayudados
por alguien que nos recuerde cómo de importante es mantener relaciones sociales
sanas.

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