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Mostrando entradas de octubre, 2019

Vampiresa

Entre varios la trajeron a la fuerza mientras ella se sacudía para liberarse. La depositaron en una especie de mesa de piedra a la cual estaban unidas unas oxidadas cadenas con las que no tuvieron reparo alguno en atarla. En la hbitación también entró su padre, un juez y un cura, las personas que más autoridad tendrían sobre su persona sin contar al rey. -La marca en su cuello no deja duda alguna, señoría- indicó el hombre religioso. -Por favor, no seáis muy duros con ella- suplicó su madre entrando a la carrera y con lágrimas en los ojos. -Calla, mujer. Esta decisión no te concierne- reprendió el marido. -Verónica Henderson, estás acusada de oscurantismo y brujería, además de relacionarte con un vampiro ¿qué tienes que decir en tu defensa?- comenzó el juez con solemnidad. -De lo único que podéis acusarme es de amar a un buen hombre- le respondió furibunda, aún zarandeando sus agarres. -¡Arrepiéntete, pecadora! La marca de tu cuello no da lugar a dudas. -Cariño, por favor- supli

Gnomo

Abrió los ojos aun aturdido para darse cuenta de que estaba sentado a la mesa y ella hacía lo mismo justo enfrente, mirándolo con atención. -¿Ya te has despertado, dormilón? Llevas un rato echando una cabezadita, esperas algo más y no te da tiempo a cenar- dijo a modo de saludo.- Mira te he hecho guisantes con jamón y patatas cocidas, tu plato favorito, luego tienes huevos fritos y de postre, tarta de chocolate. No es por ponerme flores, pero creo que estará deliciosa, he intentado que me salga justo como la de tu madre. -¿Qué hago aquí, Holly?- preguntó aun con la voz pastosa. -Pues quedarte dormido en la mesa ¡Si es que no tienes remedio!- enfatizó con un tono dramático fingido.- Venga, ponte a cenar antes de que se enfríe. -No quiero cenar. -No me harás el feo, me he esforzado mucho por hacer la comida que te gusta y tal como te gusta. -Perdón, no quería hacerte el feo, pero no tengo hambre. -¡Bobadas! Lo que pasa es que llegas reventado del trabajo y claro, apetece más dormi

Genio

Cuando pude verlo con claridad, me arrepentí al instante de mi último deseo. Desde que tengo uso de memoria he sido alguien curioso, así que, tras pedir la inmortalidad, mi siguiente petición fue ver el futuro. Aquel genio me lo concedió sin rechistar, ya con ello se desprendería de mí totalmente. Al principio fue curioso eso de las visiones, podía moverme minutos adelante y ver qué pasaría a mi alrededor, de hecho no tardé en darme cuenta de que tenía el control para moverme por los lapsos de tiempo que desease. Vi que conocería dentro de un año a una mujer muy interesante en una cafetería, que compartiríamos aficiones, formas de pensar, sentido del humor y tendría tanta curiosidad por ella que la pediría salir. Degusté, como si de una película se tratase, cada momento. Las salidas, los arrumacos, curiosamente hasta las discusiones. Nos iríamos a vivir juntos, tendríamos un perro, haríamos viajes increíbles los tres, la relación se empezaría a apagar, ella cambiaría de trabajo a un

Súcubo

La verdad es que no soy mucho de salir, pero algo debió de invadirme aquella noche que moría de ganas. Me tomé todo el tiempo del mundo en maquillarme, en disfrutar de cada suave pincelada en mi rostro mientras me iba apoderando de un sentimiento cada vez más y más fuerte. Escogí con delicadeza la ropa, realmente no poseía prendas cortas o ajustadas, pero unos cuantos retoques y el asunto estaba solucionado. Desconocía el motivo, pero me sentía especialmente arrebatadora y quería transmitirlo, que traspasara hasta las paredes. Aquella noche iba a bailar y a beber todo lo que quisiese sin reproche ni remordimiento alguno, ya había pasado años enfrascada en la carrera y en el máster, ya había estado encadenada a los libros sin poder casi disfrutar de un poco de tiempo ¡Me merecía una buena noche! Llegué a la discoteca y me dispuse a pedir una bebida, no me importaba mucho cual, y bailar como si no hubiese un jodido mañana. Yo sola, no necesitaba ni a mi sombra para dar vueltas y sacudir

Silfo

Caía la tarde en el viejo paseo, un atardecer demasiado bello como para no salir a contemplarlo. Era de todos mi lugar más preciado y especial ya que no conocía otro ni remotamente mejor para dedicarte a contemplar el paisaje, a recibir la brisa marina, a sentirte vivo, sentir la vida simplemente. No obstante era un sitio un tanto peligroso si no sabías los cuidados que tenías que tener para transitarlo, de hecho no era de extrañar que alguna vez en el año desapareciesen turistas y reaparecieran como un par de días después flotando en el mar. Precisamente por ese motivo se me antojó tan asombroso y sobrecogedor encontrarme con un niño, pequeño como un silfo, de apenas unos cinco años encaramado a una roca y fuera del trayecto. -¡Ey! ¿qué haces ahí?- le espeté medio reprendiéndole. ¿Estaría solo? ¿dónde se encontrarían sus padres? El pequeño hizo amago de girar su cabeza en mi dirección, mas salió huyendo hacia las rocas que daban al mar. Me asusté por supuesto, quizás se había pen

Diabla

El círculo estaba trazado en la madera y las velas puestas a cada extremo de la estrella. Las hermanas se habían sentado alrededor y entonaban los cánticos necesarios para llamar a su magnificencia oscura. De pronto, un humo negro invadió la habitación y las envolvió con su manto, dibujando poco a poco una silueta humanoide pero con ciertos rasgos claramente demoníacos. -Hola humanas- saludó con cierto tono tétrico, su voz emergía como si un pájaro intentase hablar desde su garganta mientras era cruelmente devorado. -¿Tú eres el Diablo?- quiso saber una de las jóvenes invocadoras, provocando una risotada de la recién aparecida. -No ¿en serio creíais que no tiene cosas mejores que hacer que presentarse a la llamada de unas crías? ¡Qué monas! -¿Y tú quien eres entonces?-inquirió otra. -Una diabla, no estoy al mismo rango pero seguro que podemos apañarnos. Y bien ¿cuál era el motivo de vuestro llamado? Las presentes se miraron, como debatiendo mentalmente si seguir con su plan, fin

Gárgola

La mudanza había sido pesada y muy costosa económicamente, más de lo que se había imaginado, pero había merecido totalmente la pena. Aquello era prácticamente una mansión que un rico venido a menos se había dado prisa en vender. " Ingenuo", pensó "Podría haberme subido mucho más el precio todavía, está claro que no se puede vender a las prisas". Desde luego si tenía que escoger su lugar favorito de aquella opulenta casa, sería sin duda el jardín y no sólo por las flores aromáticas que había endulzando el ambiente, sino por su atracción principal: una fastuosa gárgola que le había cautivado desde el primer instante. Se la veía casi viva, el artista la había esculpido de tal forma que bien parecía que iba a moverse y levantar el vuelo con sus portentosas alas de un momento a otro. Pasó el tiempo, muchas tardes en el jardín contemplando a su nuevo amigo, degustando los reflejos que producía el sol en su elegante piedra, como embelesado por una belleza tal que resulta

Minotauro

La puerta de la casa se abrió y él entró en el lugar. Tras cruzar el pasillo dio con la puerta del salón, abierta por cierto, y vio a su querida esposa recostada en el sofá con una copa de vino entre las manos. -¿De dónde vienes?- le preguntó con cierto tono de cansancio. -Del trabajo- le respondió quitándose los zapatos. -¿Tan tarde? -Sí, tenía una reunión importante, ya te lo dije. -Ahh...- musitó casi sin ganas mas con cierto matiz extraño- ¿Y no tienes nada que contarme? Más que una pregunta, le sonó como si fuese un reto, lo que le hizo ponerse nervioso. -Ha sido muy aburrido, no deseo aburrirte también- se excusó. -¿Te crees que soy estúpida? Por supuesto no pensaba contestar a eso. -Sé lo tuyo y lo de tu amante, mi amor- esas últimas palabras las arrastró con cierto desprecio, pero fueron las anteriores las que provocaron que el pulso de él se desbocase y comenzara a sudar.- Con que amor eterno ¿eh? No sabía que la eternidad fuese tan corta. -¿Pero qué estás diciendo

Íncubo

Bueno, reconozco que seleccionar la imagen para el #incubo ha sido complicada sin que aparezca nada sexual ni gente durmiendo en poses tremendamente extrañas. En serio ¿quién duerme así si no es medio gato? Parece como estas fotos que tratas de ponerte en plan casual y queda de lo más aparatoso. Ejem, reconduzcamos esto. Ya está listo el microrelato del #31HalloweenLITERART del @grupoliterart @literart, esta vez voy a volver a los humanos dando miedo, espero que os guste. #incubo ¡Habíamos quedado! No me lo podía creer ¡habíamos quedado! Después de tanto tiempo chateando y compartiendo agradables momentos, tantas historias, tantas andadas ¡por fin llegó el día! Reconozco que no soy buena con las personas, me han hecho demasiado daño demasiadas veces como para quitarme las ganas de entablar una mera conversación con alguien. Además veo demasiadas personas calcadas, demasiada gente que sólo encuentra divertimento a base de alcohol, que habla de las mismas películas o canciones de moda