Diabla


El círculo estaba trazado en la madera y las velas puestas a cada extremo de la estrella. Las hermanas se habían sentado alrededor y entonaban los cánticos necesarios para llamar a su magnificencia oscura. De pronto, un humo negro invadió la habitación y las envolvió con su manto, dibujando poco a poco una silueta humanoide pero con ciertos rasgos claramente demoníacos.
-Hola humanas- saludó con cierto tono tétrico, su voz emergía como si un pájaro intentase hablar desde su garganta mientras era cruelmente devorado.
-¿Tú eres el Diablo?- quiso saber una de las jóvenes invocadoras, provocando una risotada de la recién aparecida.
-No ¿en serio creíais que no tiene cosas mejores que hacer que presentarse a la llamada de unas crías? ¡Qué monas!
-¿Y tú quien eres entonces?-inquirió otra.
-Una diabla, no estoy al mismo rango pero seguro que podemos apañarnos. Y bien ¿cuál era el motivo de vuestro llamado?
Las presentes se miraron, como debatiendo mentalmente si seguir con su plan, finalmente pareció ganar el sí.
-Queremos matar a un tío.
-¡¿Cómo matar?!- se escandalizó otra-¿No íbamos a pegarle una gonorrea o algo así?
-Es un capullo, se tira a todas las tías y las trata como el culo. Además es un matón de patio, nadie va a echarle de menos- le respondió su interlocutora.
-Es un capullo, vale coincidimos ¿pero no crees que es un poco exagerado? Una muerte es algo gordo ¿podremos vivir con eso?- le rebatió.
-Si es ese imbecil, sí, le haremos un favor al mundo.
La otra chica iba a replicar, mas la interrumpió la diabla.
-Me aburrooo ¿Vais a estar así toda la eternidad?
-¡Vamos, tía!- le insistió.- Si a ti te trata siempre como la mierda ¿Recuerdas la vez que te empujó por las escaleras? ¿O cuando te tiró un bollo a medio comer y te llamó basura? ¿Ya has olvidado lo harta que estás?
-No...
-¿Y no crees que tú y todos los que estáis como tú respiraríais tranquilos cuando desaparezca?
-Puede... pero.
-Dicho, queremos su muerte- se adelantó y le tendió una foto del susodicho.
-De acuerdo- asintió, cerró los ojos un momento y encendió el círculo en el que estaban con una intensa llama que sobresaltó a las presentes.-Hecho.
-¿Ya?- se extrañó una de ellas.
-Rápido y sencillo, mañana posiblemente salga en las noticias. Ahora bien... no hemos hablado de mi pago- dijo con una sonrisa macabra.
-Ah sí, puedes llevarte mi alma cuando muera y todo eso- respondió su interlocutora quitándole importancia, a lo que la diabla contestó moviendo hacia los lados su dedo índice.
-No, no, no. Ese es el pago por invocarme muchachitas, pero una muerte es algo grande y caro.
-Vale ¿qué quieres?- preguntó en un tono poco amable.
-Comerte- sentenció mientras se le encendían los ojos con un fuego intenso.
La chica, ante el horror de su compañera, empezó a emitir alaridos que helarían la sangre a cualquiera. Su rostro y toda ella empezó a partirse por la mitad, encharcando la habitación de sangre y tripas que empezaron a desparramarse por el suelo ante la impotencia de la otra muchacha, quien nunca olvidaría tal pesadilla vivenciada.

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