LITERARTOBER 2022: Gato
Se sentó a la mesa con el primer café del día en la mano, que
empezó a beber mientras encendía el ordenador y le mostraba el fondo de
pantalla de un gato gracioso. Siempre pensó que era una tontería, pero le
funcionaba para sentirse un poco mejor cuando las cosas en el trabajo resultaban
agobiantes. Arrancaron el programa de chat del equipo y el del correo
electrónico y los mensajes sin leer aparecieron numéricamente en un costado.
10, 20, 35 y subiendo, al igual que sus pulsaciones ¿qué había pasado? También
había varios mensajes personales sin leer, en algunos hasta estaba etiquetada.
Fue revisando uno por uno para entender la situación, le preocupó
comprobar que hasta el cliente le había contactado de forma privada, algo que
se suponía nunca debían hacer porque había otras vías específicas estipuladas,
pero el ambiente estaba caldeado y a todo el mundo parecían darle igual los
protocolos. Cuando sonó su teléfono personal, vio que tenía varias llamadas
perdidas, pensó que era normal ya que para garantizarse el descanso lo ponía en
modo avión hasta que empezaba su mañana, tenía como 10 llamadas perdidas de su
jefe, el mismo que la llamaba en ese instante.
-Hola, Alicia ¿qué tal?- comentó con su fingida amabilidad, típica
de quien busca que no parezca que tiene dobles intenciones-. Oye, no sé si lo
sabes porque no te logré contactar, ha habido un incidente en la plataforma y
la gestión de las ventas ha colapsado. Creemos que ha sido a raíz de los
cambios que realizaste, por favor habla con Jaime, yo tengo reunión con cliente
ahora para apaciguar las aguas.
Las pulsaciones seguían subiendo y estaba tan ocupada que no
vio cómo unos cables ascendían como con vida propia hacia la silla, enrollándose
en sus patas.
La conversación con Jaime, su responsable, no se hizo
esperar, ya la había escrito por privado y etiquetado varias veces.
-Bien, por fin estás conectada- dijo directamente, a él le
salía peor fingir que a Pedro-. El cliente está que trina, está todo hecho una
mierda ¿qué has cambiado?
Los cables ascendían hacia ella y comenzaban a envolverla,
pero aún no se daba cuenta.
-Pero sigue funcionando la plataforma externa ¿no? Esa no
depende de nosotros, aunque no esté conectada, pueden realizar sus pedidos.
-Sí, pero hay que resolverlo cuanto antes porque estamos
dando una imagen horrible, no es nada profesional que en una sesión de cambios
dejen de poder usar la herramienta ¿qué has cambiado? ¿Has revisado todo bien?
Los cables estaban a la altura de su cuello y unos
conectores se engancharon a su piel para drenarle energía vital.
-Sí, sí, lo revisé varias veces, creo que no me falt…
-Pues algo debe faltar porque ha dado error, a ver si eres
más cuidadosa.
Los cables le apretaron el cuello, tratando de asfixiarla.
-Pero me diste el visto bueno a los cambios.
-No puedo estar en todo, somos un equipo. Arréglalo.
Los cables le arrebataban la última brizna de aire…
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