LITERARTOBER 2022: Hechizo
-…con este hechizo, te ato a mí por toda la eternidad-
finalizó Nuria.
Cerró por un momento los ojos, tratando de concentrarse en
si notaba algo o se sentía distinta, pero nada atípico sucedió. Suspiró con
algo de decepción, pero trató de mantenerse positiva pensando que quizás
comprobaría los efectos al día siguiente en clase. Comenzó a fantasear entonces
con él hablándola de repente en el pasillo, quizás sorprendiéndola con un ramo
de flores y proclamando su nuevo amor a los cuatro vientos, para que todo el
instituto se enterase. Carcajeó nerviosa de tan siquiera imaginarlo, parecía
cosa del destino haber encontrado aquel libro de magia en la biblioteca,
escondido en una sección casi no visitada. Lo hubiese devuelto a la estantería
de no ser porque vio un hechizo de amor, entonces se le ocurrió que podía
cambiar las tornas en su amor no correspondido con el chico más guapo de su
clase, aunque bajo su punto de vista, del instituto entero.
Le costó dormir de la impaciencia por lo que le depararía el
día siguiente, así que vio una película romántica antes de ir a dormir, con la
esperanza de ser la protagonista de algo similar al día siguiente.
Cuando cruzó las puertas, notó un ambiente extraño cuyos
motivos no logró descifrar. Buscó a su interés romántico con la mirada, pero no
estaba en ninguno de los pasillos. Finalmente vio su rostro, pero no en el
contexto que le habría gustado. Habían hecho entre varios alumnos una especie
de altar con varias fotografías suyas, ofrendas y velas, además de alguna carta
de despedida. Al parecer, había sido atropellado la noche anterior.
Su corazón se rompió en pedazos, apenas soportó las clases
aquel día y, nada más llegar a su casa, se derrumbó en la cama, sin siquiera
comer. Prácticamente agradeció que sus padres se hubiesen ido de vacaciones
unos días, le daba carta blanca para asimilar su pérdida unos días.
En mitad de la noche, le despertó un sonido de algo que se
arrastraba fuera de la casa, lo que la estremeció al completo. De pronto, el
timbre de la puerta sonó, primero una vez y, al no obtener respuesta, de manera
insistente.
-¿Quién es?- preguntó con el miedo atenazándole el cuerpo
justo al otro lado de la puerta.
-Nuria, mi amor, he venido a buscarte, quiero estar contigo-
dijo una voz entrecortada que reconocía.
¿El hechizo podría haberle devuelto a la vida? ¿Quizás su
amor y la magia bastaban para saltar la barrera de la muerte? Ilusionada ante
la posibilidad y al oír a su amado en la puerta, abrió la misma con emoción. Su
estómago se dio la vuelta, no obstante, al comprobar el estado en el que
estaba. Las piernas estaban rotas y dadas la vuelta en una posición
antinatural, su cara, casi aplastada por completo, con sangre seca y un ojo fuera.
Parte de su intestino asomaba por su torso.
-Nuria, quiero estar contigo- declaró y ella gritó de horror
en respuesta.
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