LITERARTOBER 2022: Diablo
Diego era un señor tranquilo que siempre se quedaba
ensimismado contemplando por la ventana del centro de ancianos, recordando sus
días gloriosos de juventud. No solía hablar, apenas articulaba palabra alguna,
no era un hombre charlatán y tampoco encontraba disfrute alguno en compartir
sus horas con otros residentes o, peor, con las enfermeras del lugar.
De vez en cuando le gustaba revisar los periódicos, un
cosquilleo le recorría cuando su vista surcaba por las páginas de sucesos,
siempre a la espera de encontrar alguna de sus obras de arte de otros tiempos.
Normalmente no había suerte y debía esperar al próximo ejemplar para de nuevo
realizar la misma comprobación, sin embargo, aquel día la suerte parecía
sonreírle.
En otros tiempos la adrenalina recorría sus venas al revisar
esas páginas, pero no por el ansia, sino por el temor a ser descubierto, pero
el peso de los años y los achaques hacía imposible que aquel pobre diablo
estuviese en condiciones de ir a prisión.
Se relamió los labios al leer el titular que anunciaba la
aparición de un cadáver en estado de descomposición en el bosque, compuesto por
los miembros de varios cuerpos desmembrados y cosidos entre sí.
-¿Algo interesante hoy señor Aldañez?- preguntó un jovencito
en prácticas, una de las pocas personas que soportaba en aquel lugar.
-Parece que ha habido un horrible crimen, debe de haber
algún loco suelto por ahí- respondió cediéndole la página que el muchacho ojeó.
-¡Caramba! El mundo cada día está peor ¿Qué clase de
monstruo tarado puede hacer algo así?
-Nunca se sabe, niño, nunca se sabe- comentó sonriendo con
satisfacción e imaginando varias posibilidades artísticas para aquel cuerpo
joven.
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