LITERARTOBER 2022: Lechuza
Había sido un largo día de arduo trabajo, así que se dispuso
a recostarse en el asiento del primer taxi que pasase y a juguetear con su
móvil hasta llegar a casa. Decidió optar por la opción sin conductor, un
maravilloso invento tecnológico que aportaba coches que conducían solos
mediante inteligencia artificial, una clara muestra del avance a pasos
agigantados que estaba viviendo su generación. Disfrutaba de aquella
alternativa especialmente porque el trato con personas le resultaba pesado y no
le apetecía que, tras soportar a sus compañeros en la oficina, tuviese que
hacer lo mismo con un conductor que no parase de hablar de algún deporte o
peor, de política.
Justo acabó el cigarrillo cuando una notificación en su
móvil le hizo saber que el coche azul que estaba a las puertas de su edificio
era el que había encargado, así que corrió bajo el aguacero y entró en el
vehículo.
“Gracias por usar transportes Taurus, por favor disfrute de
su viaje” comunicó un altavoz y esas eran todas las frases que iba a escuchar,
algo delicioso, en su opinión.
Buscando el icono de una de las redes sociales que más
usaba, se percató en un logo nuevo con una lechuza blanca dentro de un círculo
negro. Se extrañó al instante, pero pensó que quizás se tratase de un nuevo servicio
de su smartphone y la curiosidad le llevó a pulsar. Esperó unos segundos, pero
no se abrió nada, así que buscó el icono de los ajustes de su teléfono para
desinstalarla. Nada, no había tal posibilidad.
Resopló pensando que le molestaba tener una aplicación
inútil ocupando espacio y se le ocurrió sacarla de su pantalla; si no la veía,
no se acordaría de su existencia. Justo en el instante en el que pulsó
“Eliminar”, su pantalla se quedó totalmente negra y unas letras blancas
saludaron con un “Hola, Bastian”. No le dio ni tiempo a pensar en cómo aquello
era posible cuando más letras aparecieron. ”Debes estar muy confundido ahora
mismo, pero no te preocupes, todo tiene explicación. Pulsa en el icono de la
lechuza”.
Con más curiosidad, pero sí con algo de miedo, siguió las
instrucciones y ante sus ojos se reprodujo en la pantalla del dispositivo un
vídeo de seguridad que apuntaba a un paso de peatones donde una chica estaba
cruzando. Instantes después, un coche que reconoció claramente la arrolló, de
él salió un Bastian de hace un par de años que, en cuanto vio lo sucedido,
volvió a trompicones y aceleró.
“Supongo que la recuerdas ¿Sabes? No hubiese muerto de haber
recibido ayuda en ese instante, pero estabas demasiado borracho para hacer nada
¿verdad?”
Quiso escribir que fue solo un accidente y más excusas que
se le ocurrieron, pero no había lugar y las palabras seguían surgiendo.
“Es una maravilla la tecnología ¿no te parece? Me permite
cambiar el destino de tu ruta y eliminar mi rastro. Saluda a los peces de mi
parte”
Cuando alzó la vista, el coche se precipitó al agua.
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