Writober Literart: Media noche

Los pasillos del hospital estaban tranquilos aquella noche, aunque siempre iluminados y con cierto vaivén de enfermeras y celadores. Siempre se agradecía el hecho de no poder ser vista, aunque sí sentida por aquellos que tenían suficiente sensibilidad. Una corriente de aire que no venía de ningún sitio, una sombra fugaz que no pertenece a nadie, un parpadeo de las luces o quizás una sensación fría repentina, eso era todo. De una puerta entreabierta salió un recién llegado, aún con la mirada perdida, sin comprender que acababa de abandonar el reino de los vivos. Pobre… esa sensación de desconcierto del principio era asfixiante, el querer hablar con tu familia, consolarles y no poder, el shock que implica ver tu cadáver y comprender con una bofetada de realidad dónde has acabado, qué ha sido de ti. Sin embargo, no tenía ni tiempo ni interés en ofrecerle ayuda, estaba allí por mis propios asuntos. Llegué al fin al ala de maternidad, apenas vigilada por un par de personas y observé...