Literartober 2023: Silla

 



*Tu ropa*

Encontré un modelito precioso de segunda mano en la aplicación que me recomendó mi amiga, me llevé de hecho un par o tres prendas más de la misma vendedora, porque me daban las medidas, estaba bastante barato y era un estilo muy particular y propio de mí. Le pregunté dónde las había comprado de primera mano y me dijo que no sabía decirme, que eran de su hermana y ya no se hablaban.

Me probé las prendas en cuanto llegaron, quedaban perfectas, pero me dio la sensación de que no estaban bien lavadas por el olor que desprendían. Supuse que igual se debía a que se habrían quedado en el armario cerrado por mucho tiempo, pero nada que un buen detergente y suavizante no pudiesen solucionar, ya estrenaría modelito en otra ocasión.

Cuando saqué las prendas de la lavadora, olían perfecto, las dejé secando hasta el día siguiente por la mañana, cuando recogí todo. Me preparé para salir con ellas y, cuando las tuve puestas, me percaté de un ligero toque desagradable. No tenía mucho sentido que se debiese a la humedad, había hecho un calor tremendo, pero iba con prisa, así que me eché un poco de perfume para taparlo y salí corriendo para no perder el autobús. Sin embargo no solo no desapareció el olor, sino que se fue incrementando a lo largo del día, así que tuve que convivir con él hasta llegar a casa, momento en el que me quité la ropa y la posé sobre la silla de la habitación. Llevaba tantas horas fuera que sólo quería caer rendida en la cama, ya lavaría la ropa al día siguiente.

Un olor fuerte, como a podrido, me despertó en mitad de la noche y, al abrir los ojos, pude ver que en la silla y con esa misma ropa puesta había una chica con la cara demacrada y la piel bastante azul y pálida, además de unos ojos opacos. Prometió antes de aproximarse a mí, que ocuparía mi lugar para poder vengarse de su hermana, quien la había asesinado.

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