LITERARTOBER 2021: Radio
Casi
podía oír el tic tac de mi reloj por encima de las voces de los clientes, o
puede que se tratase de mi cabeza. Llevaba pocos días en ese trabajo y rezaba
por mantenerlo, para que pudiese durar al menos un poco más que los anteriores.
El sudor bañaba mi frente, los nervios me engullían y, lo peor de todo, que
sabía de sobra lo que aquello despertaba. Veía a diversas personas dar vueltas
por el establecimiento a lo suyo, revisando aquí y allí, comentando entre
ellos, algunos riéndose ¿De qué se reían? De ti, dicen un par de voces que
siempre me acompañan, pero trato de ignorarlas. Pasan los minutos y llega más y
más gente, parece que nunca va a acabar, vienen a molestarte, saben que no te
sientes bien. No puedes con esto, vas a fracasar, insisten como siempre, esas
voces que inciden en mis defectos e inseguridades, que me hacen sentir pequeña
y no me abandonan nunca, como una radio siempre puesta.
Estoy harta, cansada
de luchar contra mí misma, hay veces que solo quiero que desaparezcan, o
desaparecer yo, solo quiero que se callen. Todo está mal contigo, vas a perder
el trabajo de nuevo, no paran de avisar ¿Hice mal en dejar la medicación? Las
callaba, pero me dejaba por el suelo. Solo es cuestión de encontrar la
combinación y dosis adecuadas, decía la psiquiatra, como si no pesara sentirse
el bicho raro que tiene que drogarse para encajar en la sociedad, para ser
aceptada. Me aterraba pensar que nunca lo sería por mí misma, sin químicos. No
te entienden, nunca lo harán, nunca te querrán... La gente no dejaba de llegar
y yo lo único que deseaba era hacerme un ovillo y llorar hasta desaparecer.
Comentarios
Publicar un comentario