El camino del odio - Ethan
Antes de marchar con mi padre y con Zack aquel día se me
acercó mi madre con cara de preocupación.
-Cariño, prométeme que vas a cuidar de que tu padre no haga
tonterías. Está tan enfadado que no piensa claramente.
Le puse una mano en el hombro para infundirle tranquilidad.
-No te preocupes madre, la manada está unida y es fuerte, no
nos pasará nada.
-¿Tú has visto a la osa en nuestra zona alguna vez? ¿Crees
en las palabras del viejo?
-No la he visto personalmente pero ¿y si ha cruzado?
-A eso voy, cariño. No puedes ir a recriminar algo a alguien
sólo por boca de otro, al menos tendrás que comprobar por ti mismo que así es.
-¿Tienes alguna sensación extraña?- madre es intuitiva, a
veces diría que huele la maldad en otros.
-Digamos que ninguna buena- aquello me valía.
-Estaré alerta- le dije antes de partir.
Ya en el fragor de la pelea las palabras de la osa me retrotrajeron
a la conversación con mi madre. Aquello no encajaba, así que decidí intervenir
y me puse entre los dos, aún a sabiendas del riesgo que implicaba y del agravio
al alfa. Si con ello evitaba una muerte, seguro me lo perdonaría. Por supuesto
padre mostró su desacuerdo pero le ignoré.
-¿De qué hablas?- le cuestioné a la osa mientras forcejeaba
con ambos.
-¡Habéis entrado en mi casa y lo habéis destrozado todo! Si
alguien se ha saltado el pacto, sois vosotros.
-Nadie de la manada entró en tus dominios, menos en tu
hogar- le aseguré.
-¡Mientes! El cuervo os vio.
-¿El cuervo? ¿Hablas de un viejo?
-Sí ¿por qué?
-Porque es el mismo que nos dijo que tú habías cruzado a
nuestra zona.
-¡Eso es mentira!- profirió indignada.
El olfato de madre como siempre dando en el clavo.

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