Acuerdos oscuros - Capítulo 3 - Experimento


…S ha visto a uno. Creo que no llegó a establecer contacto o a hablarle, pero estaba bastante asustado. Me llevó como media hora calmarlo antes de que pudiese tan siquiera hablarme. Transcribo lo que me describió e intentaré hacer un dibujo aproximado a continuación.

No te lo vas a creer, yo aún no me lo creo… ¿Sabes las estatuas e imágenes que tenemos en el templo? Pues no era nada parecido. Tenía alas, sí, pero huesudas y rotas, no entiendo cómo podría volar con ellas. También tenía forma humanoide, pero no era como un humano, era muy delgaducho, caminaba encorvado como si le pesara la cabeza y parecía un montón de huesos y piel. Tenía unas garras con tres dedos que acababan en uñas afiladas y una cabeza monstruosa. No tenía ojos… y aun así se me acercó, entonces me trajiste de vuelta.


Como lo relató lo hizo, había a continuación un dibujo tan bien elaborado y cuidado como los anteriores, viéndolo de noche y a la luz trémula de la linterna era aún más espeluznante. Un escalofrío me sacudió ¿Qué diablos era eso? ¿De verdad lo había visto? Debía seguir leyendo.


Por supuesto mi afán por la ciencia no me permitió creerme algo así de buenas a primeras, aún se desconoce mucho acerca de la muerte y sus episodios anteriores, por lo que fácilmente pudo ser una visión que él mismo provocó en su mente. Debíamos investigar más, no obstante consensuamos un descanso de una breve temporada antes de proseguir.
Día 38 del experimento Más allá
S ha estado algo inestable anímicamente desde que hicimos la última prueba, no puedo culparle, aún está intentando entender y procesar lo que vio, por desgracia tuvo la brillante idea de ir por su cuenta a pedir consejo espiritual al mago supremo. Por supuesto no le habló de nuestros encuentros ni nada, sólo a pedir información sobre los ángeles, el otro plano y demás. Le ha insistido en que tienen el aspecto que conocemos de sobra y cuando le ha comentado ligeramente sobre lo que vio, le explicó que esos no eran ángeles, que eran demonios. Creo que es una respuesta sospechosa, más que nada por la actitud que me relató y es que se mostró reacio a contestar nada más.
Ahora sólo sé que S está inquieto y yo desbordo de intriga ¿Será la primera persona que le ha preguntado acerca de esos seres? ¿Por qué se le apareció un demonio en vez de un ángel si estamos bajo su protección? ¿Qué criterio hay para que se muestre uno u otro? Demasiadas preguntas…
Día 39 del experimento Más allá
S está buscando respuestas desesperadas en su fe, yo he preferido la practicidad y estoy intentando obtenerlas de lo real, de investigaciones de otros, de libros históricos, biografías, etc. ¿Siempre existieron los ángeles? ¿Por qué sólo sabemos de ellos desde hace un tiempo? ¿Tan mal vivíamos sin ellos? Últimamente no hemos repetido ninguna práctica y sinceramente no sé hasta qué punto sería buena idea seguir con esto por el momento, S está cada vez más intranquilo, me preocupa.
Día 40 del experimento Más allá
Ha pasado bastante tiempo desde la última vez, S ha venido desquiciado pidiéndome otra prueba. Tenía un aspecto horrible, me dijo que ya no duerme y casi ni come, que necesitaba saber más. Yo me retracté por completo y le expliqué que no me parecía buena idea hacer una prueba con él en ese estado, pero me ha asegurado que la haría conmigo o sin mí. No alcanzo a comprender cómo espera traerse de vuelta, pero le creo tan loco y desesperado como para cumplir lo que promete, así que pensé que lo mejor sería que probase sin riesgos. Le llevé más o menos hasta el mismo límite de la última vez, sólo que en esta ocasión intentó hablarles. Dijo que quería saber si se presentaría el mismo ente o si por fin podría contactar con un ángel, ya sólo quería preguntarle qué era y por qué no había venido a por él uno de nuestros guardianes.
Al parecer se le ha aparecido el mismo tipo de criatura, me comentó que e olfateó por un momento mientras él le hablaba, mas no le respondió a nada para cuando lo traje de vuelta. Se frustró conmigo por hacerle regresar tan pronto, pero temía que fuese demasiado tarde por el hecho de esperar unos instantes más ¿Qué esperaba que hiciese? Prácticamente me exigió que lo repitamos, pero le pedí tiempo para que su cuerpo pudiera reponerse. He tardado pero logré hacerle entrar en razón.
Ahora quiero plasmar mis dudas e impresiones.
Siento que se está obsesionando demasiado con el tema, no sé si por los motivos personales que le llevan a probar todo esto, por su fe o por las experiencias cercanas a la muerte que puedan estar haciendo mella. Veo que cada vez tenemos conversaciones más sombrías, es como si hubiese perdido el foco y simplemente vagase en busca de respuestas. Por otro lado ¿con qué nos estamos encontrando? ¿Cómo sabe el mago supremo qué es un demonio si él sólo vio a un ángel? Y lo que es más ¿por qué ha insistido en que no preguntara nuevamente sobre el tema? En el caso de ser un demonio ¿aparece porque no hay mediación de nuestro guía espiritual y los ángeles sólo se dejan ver si está presente? Tantas preguntas…
Día 41 del experimento Más allá
He metido la pata, no debí hacer caso a las exigencias de S en que le diese más tiempo, prácticamente le he matado, no le traje de vuelta a tiempo, soy lo peor


Maldición, lamentaba mucho la suerte que había corrido S, habían llevado aquello demasiado lejos por obtener respuestas, supuse que había que tener cuidado y parar el exceso de curiosidad a tiempo, más si cabe cuando juegas con la vida y la muerte.
Pasé la página, sólo había una anotación más y el resto estaba en blanco.


A quien esté leyendo esto
He estado pensando mucho desde que empecé este experimento e investigando a partes iguales. Creo que no llegué al punto de perder la cordura todavía, pero me gustaría hablar con alguien de todo lo que descubrí y es que creo tener algunas respuestas a ciertas preguntas.
Si has leído hasta aquí creo que tienes la mente lo suficientemente abierta como para tener esta conversación. Voy a estar cada atardecer en el bar de Pit, si vienes trae este diario bajo el brazo, así sabré quién eres.
Nos vemos.
V


¿Acababa de pedir que nos viésemos? E preguntaba cuáles serían sus últimos descubrimientos y por qué no los había escrito en el cuaderno. Reconozco que mi curiosidad era más grande que yo en aquellos momentos y ansiaba saber más, conocer a esta persona y preguntarle muchas cosas. Tras unos instantes de reflexión me decidí a ir, tenía tantas ganas que no podía esperar por el ocaso.
Sin embargo debía dormir y mi ansiedad y emoción me lo impedían, así que decidí hacer algo útil y pensar en una sorpresa de cumpleaños para Ann. La cama y el vestido ya habían supuesto un gasto extra, por lo que pensé en utilizar cosas que ya tuviéramos. Acabé llegando a la conclusión de preparar alguna comida especial para todos, por lo que me decidí a hacer galletas intentando provocar el mínimo ruido posible.
Agotado al fin, me fui a dormir poco antes de que amaneciese. Me despertó con sobresalto la pequeña Ann, quien parecía emocionada con la sorpresa, tanto que me metió una galleta de golpe en la boca para que comprobase lo deliciosa que estaba. Al menos la había hecho feliz por un momento.

Fue duro esperar hasta el atardecer, más que nada por el hecho de mantenerme despierto después de lo poco que dormí, pero ahí me encontraba finalmente, frente a la puerta del bar de Pit, un tugurio como pocos del casco antiguo de la ciudad. Daba un poco de mala espina el reunirse en un lugar así, pero no tenía opción si quería saber más. Tenía el presentimiento de que V podría ayudarme más que el mago supremo.
El garito era de lo más peculiar y sería un verdadero éxito de no ser por la gente de moral cuestionable que lo frecuentaba, aquellos que estaban al límite de cruzar la línea de la paciencia de nuestro guía. Tenía el aspecto de un submarino, con muchos tubos por todas partes y trozos extraños de maquinaria. El techo estaba pintado de forma que parecías estar bajo el agua, con una gran lámpara de cristal en medio de la parte superior de la estancia que simulaba ser una ballena. Era curioso ver que dentro de ésta había la verdadera fuente lumínica, que eran unos pececillos mecánicos que portaban bombillas y flotaban despreocupadamente.
Fui hasta la barra algo nervioso, esperando que alguien viese el diario que traía conmigo y se acercase a hablarme.
-¿Qué va a ser?- preguntó un joven camarero ataviado de forma bastante elegante.
-Un poco de agua, por favor- dije evitando embriagarme.
Debí de hacerle gracia porque comenzó a desternillarse en mi cara.
-¿Es que eres un geranio? Pide una bebida en condiciones. Mira te pondré whisky, es casero y nos queda muy bien- insistió guiñándome el ojo.
Como idea para vender más puede que le funcionase, pensé antes de coger el vaso.
-Qué bonito cuaderno ¿es tuyo?- quiso saber.
-En realidad no, lo encontré en la biblioteca- respondí esperando que fuese la persona a la que buscaba.
-¿Puedo ver?- pidió y se lo tendí.
Lo observó unos instantes tanto por fuera como un paso rápido que dio a sus páginas, luego me lo devolvió.
-Eh Vic, ya ha llegado- gritó a una esquina del salón, concretamente a quien estaba encaramado a un sofá escondiéndose tras un libro.
El aludido bajó el ejemplar que sostenía en sus manos al escuchar su nombre y nos miró con intriga antes de acercarse. Para mi sorpresa se trataba de una mujer de hermoso cabello rubio, algo corto para mi gusto, ataviada con una camisa blanca sin mangas con algunas correas a modo de adornos, unos pantalones y unas botas altas. Su pelo estaba condecorado con unas gafas de aviador y como detalle final llevaba un par de guantes hasta los codos. Cuando llegó a mi altura, sentí que transmitía seguridad en sí misma por su forma de caminar y observar a los demás.
-¿Y quién eres tú?- me preguntó directamente con una media sonrisa y los brazos en jarras.
-Soy Mark- me presenté tendiendo mi mano, que estrechó con firmeza.
-Llámame Vic. Veo que por fin alguien leyó mi diario, eres un chico travieso, me gusta.
-Con travieso quiere decir curioso- me medio susurró el camarero.
-Zeta sírvenos un par de copas en mi mesa- indicó a mi anterior interlocutor, luego me habló a mí.- Ven conmigo, muchacho.
La seguí dócilmente hacia el sitio que ocupaba hacía momentos antes, donde se sentó cruzando las piernas y los brazos.
-¿Y bien? ¿Por qué has venido exactamente?
-¿Eres quien ha escrito esto?- cuestioné señalando el diario.
-La misma. Empezaba a pensar que nadie lo había encontrado.
-Me llamó la atención el experimento, aunque resulta un poco una locura. Todo lo que relatas ahí… ¿es real?
-Ciento por ciento- dijo con un asentimiento de cabeza.
-¿Podrías contarme más? ¿Qué fue lo nuevo que averiguaste?
-¿Qué estás dispuesto a ofrecer? El conocimiento tiene un precio.
¿Perdón? ¿Estaba pidiéndome dinero acaso?
-No tengo mucho dinero, mi familia es humilde y…- traté de excusarme, mas me interrumpió.
-No me interesa tu riqueza o tu pobreza chico, me interesas tú ¿Estarías dispuesto a ofrecerte como sujeto de pruebas para que pueda seguir con la investigación?
Aquella propuesta me heló la sangre, al menos al recordar la suerte que corrió S.
-¿Cómo sé que no estás loca y me estás tratando de estafar?- el camarero, quien estaba cerca y debió de escuchar la conversación se rio.
-Que está loca te lo garantizo, pero no en ese sentido- comentó divertido.- Además ¿qué genio no lo está?
No me estaba gustando el cariz que estaba tomando la conversación, pensé que siempre podría levantarme, cruzar esa puerta y fingir que nada había ocurrido.
-¿Cómo de desesperado estás?- cuestionó interrumpiendo mis cavilaciones.- Algo te ha hecho leer hasta el final y no creo que haya sido la mera curiosidad- confabuló mientras pasaba a apoyar su cabeza sobre su mano, reposando a su vez el codo en la rodilla.- Tú necesitas saber- hizo hincapié en el “necesitas” mientras me miraba con mayor intensidad y un extraño brillo en los ojos.
¿Me estaba sonriendo? Aquella mujer me confundía, sin embargo no era una mala pregunta ¿tan desesperado estaba? Últimamente no me sentía yo mismo, estaba decaído, como desganado, sin motivación para nada, sin energía… La vida de pronto era algo demasiado pesado.
Era la primera vez que pasaba un duelo pero no era como si Agus hubiese muerto de forma natural o con avanzada edad, sino todo lo contrario. Fue en pro del bien común y de su padre en teoría, algo que él mismo escogió, pero también fue violento y desagradable, algo que estoy seguro que nunca olvidaré ¿Tanto necesitaba respuestas? No comprendía a los ángeles, no entendía el sentido de esta vida ¿Nos cuidaban como decía el mago supremo o nuestra vida y muerte servían para algún propósito? ¿Tanto teníamos que ganarnos su gracia? ¿Qué pasaba con los demonios? ¿Tan peligrosos eran que nos necesitaban para pelear a su lado?
-Puedo oír los engranajes de esa cabecita tuya- volvía a sonreírme y a achinar los ojos.
-¿Cómo sé que no harás algo como abrirme y sacarme los órganos o algo así?
-Puag ¡¿Por quién me tomas?! ¿Qué guarrada es esa?- su expresión pareció ser de un asco sincero.- No soy una carnicera, yo hago ciencia- Zeta llegó con nuestras bebidas.
-¿Te está proponiendo cochinadas? ¡Qué chico malo!- se mofó antes de irse.
-Y otra cosa ¿cómo sé que no voy a acabar como S?
Por un momento se le ensombreció la mirada.
-Eso fue un accidente, además he desarrollado una técnica para que el proceso sea más seguro. No habrá cortes, sólo una pequeña incisión, lo prometo- dijo levantando la palma a modo de simulación de una promesa jurada.
-¿Me garantizas que es seguro?- exigí saber.
-Más que antes por lo menos ¿Entonces trato?- cuestionó extendiendo su mano para ver si estrechaba la mía.
Lo medité un poco, pero acabé cediendo, no iba a poder vivir con esas preguntas y recuerdos igualmente. Necesitaba saber que Agus había muerto por un propósito noble, real y que lo volvería a ver.
-Debo de haberme vuelto loco- mascullé estrechándole la mano, sellando el trato.
-Bienvenido al barco entonces- sonrió.
-¿Me contarás ahora? ¿Qué son esas cosas? ¿Qué vio S?
-No estoy segura- comunicó recostándose hacia atrás- pero dudo mucho que sean demonios.
-¿Qué es lo que sabes? ¿Qué averiguaste?- repetí.
-Hay cosas que no sé al cien por cien, que habría que preguntar al bicho- explicó dando un trago a su copa- pero gracias a los libros de historia, tengo una imagen más clara de nuestro señor el mago supremo.
-¿Qué quieres decir?- pregunté algo intranquilo.
-¿Sabías que tiene un hermano? Prácticamente nadie lo sabe, le creen ciegamente cada cosa que diga sin investigar por su cuenta.
No cabía en mí de asombro ¿cómo era posible? Empezó a rebuscar en una bolsa que tenía consigo y sacó un libro que ojeó hasta dar con lo que debía estar buscando. Me enseñó un retrato de alguien que, si no era él, se le parecía.
-Éste es nuestro gran guía espiritual.
-Pero la imagen es de hace…
-Como casi doscientos años, lo sé, nadie vive tano tiempo. Esa parte de haber sido resucitado y demás es viable si ves las fechas. Pero ¿por qué resucitarle sólo a él y hacer sacrificios cada cierto tiempo?
-Porque era alguien bondadoso, íntegro…- comencé a enumerar sus virtudes de carrerilla tal y como las recordaba.
-¡JA! No es más que un farsante. Teníamos un pasado bélico como dice, lo que oculta es que él formó parte de ese pasado. Él mismo causó muchas muertes y mandó a nuestra gente a la guerra.
-¡¿Cómo sabes…?!- cuestioné alarmado.
-¿Qué cómo lo sé?- empezó a buscar algo en otro ejemplar que puso sobre la mesilla- “El gran barón de la guerra, Eduardo, dirigió y combatió en numerosas batallas, quedando siempre victorioso”- empezó a enumerarlas según rezaba el libro.- “Conquistó múltiples territorios y colonizó sus gentes y pueblos. Pero no todo fue época dorada puesto que llegó a tener numerosas revueltas por su mandato regio, castigadas con fiereza, mas bien por su avanzada edad o por la deslealtad, acabó perdiendo sus anteriores logros, restando solamente la ciudad Thera. Su cuerpo vivió una última guerra más, en la que halló la muerte a los cincuenta y ocho años. Su hermano Benett le sucedió, ya con un mandato más calmado.”
El libro contaba con una ilustración de ambos, el susodicho Benett no se parecía mucho a su pariente, por lo que no era viable una usurpación de identidad.
-“Es un misterio el regreso de Eduardo al mundo de los vivos, no obstante tomó la posición de poder de su hermano como una traición, así que lo derrocó y se hizo con el poder. Su paradero actual es desconocido, lo que sí es cierto es que abandonó Thera.”
-¿Qué piensas de todo eso?- quise saber.
-Como mínimo que un hombre de casi doscientos años ya nos ha ocultado información bastante importante ¿No te parece sospechoso?- asentí con la cabeza y di un sorbo a mi copa, de repente sentí que lo necesitaba.- Igualmente estoy firmemente convencida de que esos seres son la clave para descubrir todo este misterio. Por eso y por aclarar mis dudas sobre esta vida, la siguiente y demás necesito seguir con el experimento, siento que estoy a las puertas de algo grande- lo comentaba con un toque enigmático.
-Comprendo- respondí.
-¿Entonces estás listo para empezar?- cuestionó con un cambio de energía totalmente brusco que me dejó perplejo.



***
Bueno, es la primera vez que voy a hacer esto, a ver qué acogida tiene. Estaba pensando a modo de interactuar un poco dejaros estos mensajillos al final de los capítulos.
¿Qué os parecen la biblioteca y el bar? Yo personalmente iría a sitios así, al menos en mi cabeza eran bastante vistosos, sobre todo el bar.
¿Qué os gustó más de esos lugares? Yo propongo los estantes con el mecanismo para bajar libros a la de ya, los bajitos lo agradeceremos. Y lo de los pececillos bombilla y el techo como si estuvieses bajo el mar tiene que ser una pasada verlo *.*
¿Qué os está pareciendo el rumbo que toma todo? ¿Alguna teoría? Os leo en los comentarios
Si os gusta mi trabajo os dejo por aquí mi cafetera :)



Creative Commons License
This work is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 International License.


¿Te ha gustado? Invítame a un café :)

Comentarios

Entradas populares de este blog

Literartober 2023: Necronomicón

Literartober 2023: Cuervo

Acuerdos oscuros - Capítulo 6 (final) - Nueva era