Silencio, mi cuento empieza - Mientras duermes IV
Sentí que caía, mientras todo se desvanecía a mi paso en un
descenso que parecía nunca terminar.
Todo estaba oscureciéndose cada vez más hasta que no había
luz, no había color, tan sólo la nada más absoluta e inquietante.
Poco a poco las imágenes vinieron a mi cabeza, imágenes de
quien era yo, de a qué me dedicaba, cuál era mi vida antes, quienes eran mis
familiares y amigos.
Vi a una niña que quería ser bailarina, a una chica que
estudió entrenó y sacrificó mucho para lograrlo y a unos padres orgullosos de
ella.
También vi peleas familiares, pero parece que se quieren,
que no son algo grave, lo superarán.
Vi quedadas de amigas, tardes de cine, veranos en la piscina…
¿Toda esa era mi vida pasada?
Se veía agradable, cálida, me gustaba. Y pensar que había
estado todo este tiempo luchan… no… ¿Dónde había estado? ¿Hice algo más? Creo
que sí, pero no logro recordarlo.
Intento hacer memoria, pero me duele la cabeza cuando me
esfuerzo en ello.
Ahora aparecen imágenes de dos hermanas que iban al centro
comercial en el coche de la mayor de ellas, veo que ríen, que conversan y un
coche que intenta frenar pero van a chocar, vamos a chocar.
¿No puedo evitarlo?
Vamos a chocar…
Si es una pesadilla quiero despertar ¡YA!
Me esfuerzo todo lo posible en abrir los ojos, esto debe ser
un sueño, mi cuerpo tiene que responder si quiero abrir los ojos y entonces
terminará todo.
Mi intento surte efecto y poco a poco consigo abrir un poco
más los ojos… los párpados me pesan horrores ¿Dónde estoy? Lo último que
recuerdo es estar con mi hermana, y un coche…
¿Dónde está mi hermana? ¿Está bien?
Miro a todas partes y respiro tranquila cuando la veo con
cara de sorpresa a mi lado, entonces empieza a sonreír y me abraza tan fuerte
que me cuesta respirar.
-Qué bien que hayas despertado – dice llorando, feliz.

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