Vampiresa
Entre varios la trajeron a la fuerza mientras ella se sacudía para liberarse. La depositaron en una especie de mesa de piedra a la cual estaban unidas unas oxidadas cadenas con las que no tuvieron reparo alguno en atarla. En la hbitación también entró su padre, un juez y un cura, las personas que más autoridad tendrían sobre su persona sin contar al rey. -La marca en su cuello no deja duda alguna, señoría- indicó el hombre religioso. -Por favor, no seáis muy duros con ella- suplicó su madre entrando a la carrera y con lágrimas en los ojos. -Calla, mujer. Esta decisión no te concierne- reprendió el marido. -Verónica Henderson, estás acusada de oscurantismo y brujería, además de relacionarte con un vampiro ¿qué tienes que decir en tu defensa?- comenzó el juez con solemnidad. -De lo único que podéis acusarme es de amar a un buen hombre- le respondió furibunda, aún zarandeando sus agarres. -¡Arrepiéntete, pecadora! La marca de tu cuello no da lugar a dudas. -Cariño, por favor- supli...