*Su canción de cuna* Mi momento favorito del día es cuando pasa un rato después de cenar, me lavo los dientes y espero a que Matie, el gato negro de la casa, mueva las orejas y levante la cabeza mirando hacia el pasillo. Esa es la señal de que ha llegado. Me despido de papá y voy corriendo a mi cuarto para que ella me arrope. Normalmente se pasa primero por el cuarto del bebé y le canta una nana, me entristece ya no ser su favorito. Su voz es tan cálida como siempre, te arrulla y reconforta, incluso después de despertarse de la peor de las pesadillas. Por fin llega a mi cuarto, se sienta a mi lado, me da un beso en la frente mientras me arropa y comienza a cantar para mí, esta vez sólo para mí. No todas las noches puedo verla, pero noto el peso en mi cama, a mi lado, el tacto de sus labios en mi piel y siempre, siempre escucho su dulce voz. Pero es un secreto, a papá no le gusta que hable de ella, la última vez se enfadó mucho, me riñó y me gritó que dejase de decir mentiras, que...
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