*Lo que diga mi señor* Mi señor llevaba un tiempo buscando aquello que llamó <<Necronomicón>>, una especie de grimorio antiguo que le daría un poder inconmensurable. Como todo gran señor, disponía de todos los efectivos que podía para lograr sus objetivos, que en este caso era hacerse con el poder de la ciudad, arrasando todo a su paso como cualquier tirano, o hasta cualquier autoproclamado héroe. Yo ya había seguido a otros, así que me conocía la historia, solo que nunca había sido de esa manera, siempre había tenido cierto poder de decisión, o lo habría tenido de haber cuestionado las órdenes, como era en este caso. En los asedios siempre sufren los mismos, el pueblo llano, cuando el ejército entra a arrasar todo a su paso, desmembrando, ensartando y en general arrebatando vidas inocentes a su paso. Como soldado lo he visto multitud de veces, pero yo siempre lucho por los míos, nunca contra ellos y menos sin tener control sobre mi cuerpo. Aquel nigromante había aprovech
Comentarios
Publicar un comentario