Cuando llega el cambio - 18

El camino de vuelta a casa no estuve tan asustada como en el de ida, no obstante tampoco dejé de mantenerme en tensión puesto que las sensaciones pasadas ahí permanecían, diferentes claro, pero en esencia lo mismo. Respiré cuando por fin emergimos de la alcantarilla y pude ver la bruma de luz que quedaba en el cielo al ponerse las nubes delante de La Luna, lo que daba la sensación de que podría desvanecerse del todo en cualquier momento. Tras pasar por el angosto hueco del muro pude recobrar de verdad el aliento y la calma en cuanto vi calles conocidas. Edmund por supuesto me acompañó hasta la puerta de mi casa para asegurarse de que llegaba en perfectas condiciones. Nuestras calles no obstante no estaban ni tan siquiera tímidamente transitadas ya que éramos los únicos que las recorrieron a aquellas horas, lo cual por otra parte era mejor puesto que no había que estar pendiente de ojos indiscretos. -Gracias por acompañarme- le susurré. -Después de lo de Zoe, no quiero correr e...