Este ser es bastante peculiar dado que precisa de nuestro consentimiento para aparecer en nuestras vidas, no obstante, tiene compañeros tales como el monstruo de la baja autoestima, el de la culpabilidad, el de la auto exigencia y el del perfeccionismo para allanarle el camino hasta nosotros, para que tomemos la decisión, aunque de forma inconsciente muchas veces, de dejarnos influir por él. La pelea contra éste es bastante agotadora puesto que se quedan con él todos los que vinieron primeramente y entre todos se alimentan de nuestras frustraciones. Si resumimos las causas de sus predecesores, tenemos en común las altas expectativas en nosotros mismos, hasta el punto de desear, o peor necesitar, ser perfectos bien por la aceptación de otros o la nuestra y culparnos si no lo logramos, causando con ello una espiral de sufrimiento. Cuando esta criatura llegue tendremos muy claros los pensamientos negativos contra nosotros mismos ya sea “No hago nada bien”, “Tengo la culpa de e...